domingo, 22 de abril de 2012

Coches que tuve y no olvido ... (1)

No soy muy original, pero bueno ...

Hace algo de tiempo que no publicaba nada y se me ha ocurrido hacer algo sobre los coches que tuve y ya no tengo.

Son pocos, así que me basta con pocas entradas:


No era exactamente éste, pero era idéntico.

¿Qué puedo decir del cacharrete?

1º.- Me lo compró mi padre con el dinero (50.000 pelas) que gané trabajando un par de meses de verano en Carrefour (en mi juventud se estilaba tal uso: con la pasta que TÚ GANABAS, tus progenitores TE COMPRABAN lo que necesitabas).

2º.- Conducirlo me era difícil dada mi altura (casi unonoventa) y lo mucho que tironeaba.

3º.- A mi padre le encantaba limpiar el motor (tracción trasera, para los que no lo sepan) con un trapo. El caso es que lo hacía sin que yo lo supiera, y escondía el trozo de tela en un peligroso rincón. Pueden imaginar el susto que me pegué la mañana en la que llegué a la facultad de Derecho echando humo como una locomotora inglesa de época.

4º.- Antológica fue la noche aquella en la que metí a mis amigos (tan grandes como yo) en el cacharrín y nos fuimos de marcha a la Playa de San Juan (VoyVoy, Le Palais). Aparqué en plena mediana, como si lo hiciera al lado de mi casa. Vaya noche.

5º.- Los escarceos amorosos con mi novia (¡dichosa palanca de cambios!) eran muy, pero que muy complicados.

6º.- ¿Alguien recuerda a mis dos cuñados montando un radiocassette en el parking del Carrefour un sábado por la tarde, mientras yo terminaba mi turno en la sección de bebidas del supermercado? Como para olvidarlo.

7º.- El coche lo liquidó mi padre mientras yo estaba en Marines, haciendo la mili. Así hacían las cosas tus mayores antes: tomaban una decisión que te afectaría el resto de tu vida sin, ni siquiera, consultarte. ¿En qué manos acabaría mi querido Seiscientos? ¿Terminó en el desguace o lo conservaría algún loco y anda circulando todavía? Si pudiera acordarme de su matrícula ...



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