miércoles, 1 de junio de 2011

Vida y barro

De cuando era chico, traigo las manos pequeñas,
la inteligencia dormida,
la mirada asombrada.

De cuando era chico, traigo sueños en bolsillos,
miedos de colmillos desgastados,
pereza prendida al ánima.

De cuando era chico, traigo el recuerdo de este rostro,
del de todos aquellos que fueron, son o serán,
de esos niños, mis hijos, que me vieron crecer hasta el infinito.

Antonio José López Rodríguez. Junio de 2011.