martes, 29 de enero de 2008

¿Del Toro dirigiendo "El Hobbit"?



Acabo de enterarme y, la verdad, pese a lo que de un tiempo a esta parte se venía rumoreando, me he quedado pasmado. Sin embargo, antes de hacer sangre y dar rienda suelta a mi puritita rabia, me atrevere, cómo no, a dar mi singular valoración de otra película del imputado, ésa que tuvo el acierto de titular "El laberinto del fauno".

Según mi parecer, en dicha obra, con los andamios aún a la vista, conviene resaltar:

1º La elección (y el trabajo, evidentemente) de unos actores más que acertados, encabezados por Sergi López, incitados por Maribel Verdú y secundados, por supuesto, por Álex Angulo e Ivana Baquero.

2º La extraordinaria caracterización de algunos personajes y/o seres fantásticos.

En detrimento de todo ello, he de decir:

1º Que el personaje de Sergi tiene demasiadas semejanzas con el de Ralph Nathaniel Fiennes de la "Lista de Schindler", de nuestro amigo Esteban, el que juega en la montaña.

2º Que, tras visionar el laberinto, tuve la sensación de que el cuate William rumiaba desde hacía lustros un par de buenas ideas (como la de la existencia de las hadas - insecto, que espero que no haya plagiado a nadie, y la del hombre pálido) y otras mucho más malas (¿un sapo gigante? ¿una mandrágora llorona?) con las que anhelaba ensamblar una historia, acabase como acabase.
Al fin, supongo, pariría un guión que trataba lo fantástico a la par que lo real (y, en ese punto, claro está, nos tenía que tocar a nosotros, los españolitos, como si no se hubieran filmado ya suficientes películas sobre la guerra civil). ¿El resultado? Para mí, simples fuegos de artificio. Las historias (la divina y la terrenal) se entrecruzan una y otra vez dejando muchos puntos sin resolver, permitiendo que las resoluciones de los conflictos argumentales resulten forzados, sin el añadido de veracidad que un film tan sui generis debiera ostentar. La elecciones de Luppi (al que creí admirar hasta que aceptó su elevado papel de rey rollo Michael Ende) y la de una Ariadna desconcertante (o desconcertada, aún no sé a qué atenerme) son ridículas, aportando un plus esperpéntico en un final que, por improvisado, remata tristemente la faena.
Por todo ello, creo que el único aliciente para ver esta película consiste en ver la estupenda caracterización de Doug Jones (el fauno y el hombre pálido) y la originalidad de las susodichas hadas - insecto. ¿Sergi López? Para disfrutar de sus actuaciones, aconsejo ver cualquier otro título que haya protagonizado, preferiblemente de producción francesa. ¿La Verdú? Sinceramente, a mí me gusta la Verdú dónde y cómo sea, aunque así, tan vestida todo el rato, pierda algo de encanto.

Sirva la valoración que del laberinto he efectuado como introducción a mi siguiente comentario: hoy mismo me he enterado de que el Torito está bastante bien colocado por la industria para dirigir las dos precuelas de "El Señor de los Anillos". Humildemente, he de opinar que me parece esencialmente lacrimógeno que "El Hobbit" pueda acabar en manos tan infames. Y ojalá el tipo haga una obra maestra, por mí que no quede. Pero, pienso, para dirigir "El Hobbit" hace falta algo más que haber leído el libro (destinado, según un Tolkien deslumbrado ante el universo que había creado, al público infantil). Y también haber hecho algunas películas de terror pseudo-fantástico dedicadas, que duda cabe, a hacerse un hueco entre los blockbusters más requeridos por la juventud norteamericana. Para hacer "El Hobbit" no sólo es preciso haber devorado (no una, sino varias veces) los tres libros que le suceden (que, por cierto, Guillermo el Travieso asegura no haber sido capaz de digerir en el pasado), sino también estar enamorado; es absolutamente imprescindible estar iluminado por el universo tolkiniano, por lo que, opino, un simple advenedizo encumbrado por los hombres de gris no es la persona que una empresa de tal magnitud necesita. La trilogía de "El Señor de los Anillos" es, obviamente, una sola película. Y redonda, en el sentido de que es perfecta. "El Hobbit" debe ser, ni más ni menos, un largo prólogo de esa historia. Es absolutamente necesario dibujar un nuevo círculo que, a la medida del creado por Jackson, proporcione cobijo al anterior. Peter conoce la historia desde niño, la ha imaginado mucho antes de haberla rodado, ha jugado con los lapsos y los errores de Tolkien para hacerla totalmente a su medida. Y a la nuestra. Jamás, y temo no equivocarme, Guillermo podrá realizar un hobbit a la altura del que pudiera hacer Jackson. Es un imposible y, por supuesto, un despilfarro de recursos.

Si Guillermo del Toro consiente en meterse en el jaleo, solo me cabe deducir que, además de no ser un tipo honesto, su carrera está orientada única y exclusivamente en pos de la pasta. Ya puede ir apretándose los machos.

Con esto, doy por finalizada el destripe. Otro día, y visto que esto le viene de perlas a mi karma, me meteré con Carlos Ruiz Zafón.
Sí, el de la maravillosa "La sombra del viento".
Ése es otro que me tiene contento.

3 comentarios:

  1. A mi me ha gustado mucho lo que he leído hasta ahora de Carlos Ruiz Zafón. En cualquier caso será interesante leer tu crítica a este autor, me dejas con la curiosidad de por qué "te tiene contento". Un saludo

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  2. El 17 de mayo se lanza, cual fenómeno mediático mundial, "El juego del ángel", de Charlie R.Z.

    Enhorabuena a los premiados. En mi caso, a partir de esa fecha, me taparé los ojos al pasar frente a los estantes de superventas de la Fnac y del Carrefour. En caso de visitar este último, me iré directo a la sección de bebidas, esquina izquierda, rincón del bourbon. Os aseguro que una botellita de Jack Daniel's me parecerá mejor inversión.

    Saludos al Charlie. A forrarse, majo.

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  3. Vaya!

    Me equivoqué de entrada y, pavor, también de mes.

    ¡Es el 17 de abril!

    Será mejor que agote cuanto antes mis existencias de Jackie.

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